La Galia, 702 a.u.c. (52 a.d.C.)
Mi muy querida madre:
Deseo te halles bien de salud. Además de la paga que te prometí en mi anterior misiva, te envío diez denarios fruto de mi parte en el botín. Las cosas nos van bien.
Confío puedas adquirir algún esclavo que te ayude en las labores de siembra.
Nos hallamos ante las puertas de Gergovia, se trata de la capital del principal pueblo rebelde, los arvernos, un pueblo muy importante si no el que mas de toda la Galia. Y no creo que tarde en caer en nuestro poder.
Siempre faltos de todo, con la llegada del buen tiempo el miedo al hambre parece haberse desvanecido, aunque debemos luchar por cada brizna de hierba con que alimentamos nuestras acémilas.
En cuanto pueda te escribiré de nuevo para darte nuevas y enviarte mas dinero.
Recibe un fuerte abrazo y muchos besos de tu hijo
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