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domingo, 20 de junio de 2010

ALESIA, novela histórica epistolar

La Galia 702 a.u.c. (52 a.d.C.)

Querida Madre:

Hemos vencido, tras insufribles trabajos y penalidades hemos vencido. En el momento culminante de la batalla un cuervo, el cuervo de Berserkers, un loco germano que ha criado un cuervo desde polluelo. Sobrevoló nuestra posición y con sus graznidos supimos que el propio César acudía en nuestra ayuda. Los enemigos atemorizados por el mal agüero del pájaro recularon y nuestra ha sido la victoria.

Algunos tribunos parten hacia la Provincia con la multitud de enfermos y heridos de esta larga campaña y aprovecho para hacerte llegar ¡dos esclavos! Como recompensa a la dureza de la batalla César nos ha otorgado un prisionero a cada uno, mas el derecho a pillaje de la ciudad enemiga. Se llama, llamaba, Alesia y ahora no es mas que un montón de cenizas. ¡Qué se enteren todos aquellos que osan desafiar la ley de Roma y la autoridad de César!

Padre me ha permitido que también te envíe el suyo. Son hombres fuertes y sanos, trabajarán con ahínco si les sabes mostrar quien manda. También te mando treinta denarios.

La victoria ha sido total y contundente, hemos capturado al jefe de la rebelión, uno que se llamaba “rey de cien reyes” a si mismo. Visto de cerca no es el fiero guerrero que imaginábamos, debe tener poco mas o menos mi edad o poco mas.

Llegó seguido de numeroso séquito, descabalgó y sin una palabra se plantó ante César. Los suyos le rodeaban a distancia, mirándole fijamente unos con desprecio otros con indiferencia, dando a entender quien era el responsable, el culpable. Nadie le ayudo a despojarse de la armadura, o le presentó a César. Él tampoco dijo nada, entre un compañero y yo le desarmamos y sin violentarle le pusimos de rodillas. Ayudé a padre a encadenarle y en ningún momento profirió explicación, suplica o petición. Sus compinches fueron decapitados e imagino que él aguardaba semejante final, pero en vez de eso le metimos en una jaula para exponerle a publica vergüenza y he oído que César desea exhibirlo en su Triunfo.

Pronto nos van a licenciar y cobraremos las recompensas prometidas. Confío abrazarte pronto.

Con cariño, tu hijo Marco.

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